Dear Brothers and Sisters in Christ,
We are so sorry, but the Blessing of the Animals had to be cancelled this year due a scheduling conflict. Don’t worry — St. Francis will still pray for and bless your dear furry friends!
Every year, the Church dedicates October as Respect Life Month. We take this month to spread awareness of the dignity of every human person and God’s call to cherish and protect life from conception to natural death. Let us be mindful of the great gift of life that we have been given and use it to serve God and neighbor. #berespectfulofalllife
Why do we believe human life begins at conception/fertilization? First, as a people of faith, we know that “God so loved the world that He gave His only Son, so that everyone who believes in Him might not perish but might have eternal life” (Gospel of John 3:16). This redemption began with the Incarnation, that is, when the eternal God took on human flesh in the womb of the Blessed Virgin Mary: “And the Word became flesh and made His dwelling among us” (John 1:14). There never was a moment in our Blessed Mother’s womb that He was not God, the God of our salvation. There never was a moment the Word-made-flesh was “just a blob of cells.”
But ours is not merely a position from our faith. Our faith speaks to the science of human development in the womb of any mother. Catholic faith is not opposed to reason. Faith and reason work together to help reveal the wonders of God and His creation. You may recall that during the height of the pandemic, we were encouraged to “follow the science.” That’s not a bad thing!
So, let’s follow the science in this regard: Each of your cells contain DNA unique to you. Your non-reproductive cells each have forty-six chromosomes forming genes that work in different ways to make even identical twins unique. When a human sperm fertilizes a human egg, twenty-three chromosomes from the male parent and twenty-three chromosomes from the female parent combine to form these forty-six. A whole, wonderful cycle called pregnancy will normally follow as this fertilized egg, already beginning to divide its cells, implants into the lining of a uterus.
The point here is that pregnancy does not mean something went wrong. Pregnancy means something went right. This is what is supposed to happen. This is how our biology works. A child is not an accident… a child with his or her own unique set of chromosomes is the normal and natural product/consequence of sexual relations. A child is a gift to be loved… never a problem to be disposed of.
Of course, respect for life encompasses even more, which we will look at over the course of this important month. Let us reverence the gift of life!
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Primero, no se olviden de la Bendición anual de animales este martes, 4 de Octubre, la fiesta de san Francisco de Asís, a las 3:30pm en el césped de la rectoría (al lado de la Capilla Sta Clara).
Todos los años, la Iglesia observa el mes de Octubre como el Mes Respetemos la Vida. Ella escoge este mes para concientizarnos sobre la dignidad de todo ser humano y el llamado que nos hace Dios de valorar la vida desde su concepción hasta su muerte natural. Debemos ser conscientes de este don que recibimos y usarlo en servicio a Dios y al prójimo. #berespectfulofalllife
¿Por qué creemos que la vida humana se inicia en la concepción/fertilización? Primero, como personas de fe, sabemos que “Tanto amó Dios al mundo que le dió Su Único Hijo para que quien creyera en Él no se perdiera sino tuviera vida eterna” (Juan 3:16). Esta redención comenzó en la Encarnación, es decir, cuando Dios se hizo carne en el vientre de la Santísima Virgen María: “Y el Verbo se hizo carne, puso su tienda entre nosotros” (Juan 1:14). Ni por un momento, dejó de ser Dios, nuestro Dios salvador, en el vientre de Su Madre. Ni por un momento, el Verbo hecho carne fue “sólo una bola de células.”
Pero esta no es sólamente una postura de fe. Ella se dirige también a la ciencia del desarrollo humano en el vientre de toda mujer. La fe Católica no se opone a la razón. La fe y la razón se ayudan mutuamente revelando las maravillas de Dios y Su creación. Como recordarán, durante la fase aguda de la pandemia, se nos decía, “sigan a la ciencia.” ¡No fue un mal consejo! Asi que, sigamos a la ciencia en este respecto: nuestras células contienen DNA que es único y le pertenece sólamente a una persona. Cada célula no reproductora contiene cuarenta y seis cromosomas que forman genes que tienen diferentes funciones que hacen, incluso, que gemelos idénticos sean únicos. Cuando el esperma humano fecunda el óvulo humano, veintitrés cromosomas combinadas del padre y la madre forman cuarenta y seis. Un ciclo completo y maravilloso que llamamos embarazo se inicia cuando el óvulo fertilizado se comienza a dividir y se implanta en la pared del útero. El punto aquí es que un embarazo no significa que algo salió mal. Un embarazo quiere decir que algo salió bien. Y es lo que se supone que debe pasar. Así funciona nuestra biología. Un niño no es un accidente… un niño con su su propio y único conjunto de cromosomas es el producto/consecuencia normal y natural de la relación sexual. Un niño es un don que se debe amar…y no tratarlo como un problema para eliminar.
Por supuesto que el respeto a la vida es mucho más, pero consideraremos estos puntos más adelante durante este mes. ¡Démosle reverencia al don de la vida!
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