You Deserve a Break Today

03-14-2021Pastor's LetterRev. Gregory B. Wilson

Dear Brothers and Sisters in Christ,

Knowing human nature as well as she does, the Church gives us a few “breaks” during Lent to keep our spirits up and to encourage us to keep going.

The first break is today – Laetare (Rejoice) Sunday, the halfway point of our forty-day journey in the Lenten desert. This day takes its name from the opening words of the Mass’ introit: “Laetare, Jerusalem …”“Rejoice, Jerusalem… Be joyful, all who were in mourning!” (From Isaiah 66:10-11).

While pausing our penance, now is also an opportune time to see how we are doing with our Lenten promises. Perhaps we started with gusto and slowly lost steam. (Maybe not so slowly!) Maybe we never began at all. Whatever the case may be, all we need do is return with humility and joy, and start again. A few ideas: A good confession, prayer, Adoration, daily Mass, acts of kindness, forgive someone.

Another opportunity to pause our penance and celebrate during Lent comes with two very important solemnities. The first is March 19 – the Solemnity of St. Joseph, the day commemorating the birthday of St. Joseph into heaven. Because this is a solemn, festive day of the Church’s calendar, the Church asks us to stop our penances for the day. Also, since the solemnity falls on a Friday of Lent, we can eat meat! A little fun we Catholics have.

A second solemnity coming up is Thursday, March 25 – The Annunciation of the Lord. We celebrate the moment the Blessed Virgin Mary said her all-important “yes” to God’s plan for her and the world, “And the Word became flesh and made His dwelling among us” (St. John 1:14).

Wednesday, March 17, not only commemorates St. Patrick of Ireland (get your green ready), but it is also the anniversary of the pandemic shutdown. A virus – the tiniest of things and technically not even “alive” – managed to do something I never dreamed would happen outside of outright persecution – the total shutdown of public Masses. We have learned a lot about the virus since then, and, as of the writing of this column, it looks like we are seeing the first true signs that a little normality is on the way.

In the meantime, I very humbly implore each of us to be patient as we figure out the correct way to begin opening things up again. As we look back, let us resolve to never, ever take our beloved public celebration of this divine faith for granted. When the time comes, let us flock to Masses to receive Jesus, the Bread of Life. There is no equal. Let us come with joy to parish processions, picnics, and our other celebrations. And let us never see a fellow parishioner as a burden or interruption, but as a beloved brother or sister in one glorious faith.

St. Joseph, pray for us!

Father Wilson

Queridos hermanos en Cristo:

Conociendo la naturaleza humana tan bien como es, la Iglesia nos da algunos “descansos” durante la Cuaresma para mantener nuestro ánimo y alentarnos a seguir adelante. El primer descanso es hoy – Domingo de Laetare (Regocíjate), el punto medio de nuestro viaje de cuarenta días en el desierto de Cuaresma. Este día toma su nombre de las palabras iniciales del salmo al principio de la Misa: "Laetare, Jerusalén..." - "Alégrense con Jerusalén... ¡Alégrense todos los que estaban de luto!" (Isaías 66: 10-11).

Mientras hacemos una pausa en nuestra penitencia, ahora también es un momento oportuno para ver cómo nos va con nuestras promesas de Cuaresma. Quizás empezamos con entusiasmo y poco a poco perdimos fuerza. (¡Quizás no tan lentamente!) Quizás nunca comenzamos. Cualquiera que sea el caso, todo lo que tenemos que hacer es regresar con humildad y alegría, y comenzar de nuevo. Algunas ideas: una buena confesión, oración, adoración, misa diaria, actos de bondad, perdonar a alguien.

Otra oportunidad para hacer una pausa en nuestra penitencia y celebrar durante la Cuaresma llega con dos solemnidades muy importantes. La primera es el 19 de marzo, la solemnidad de San José, el día que conmemora el nacimiento de San José en el cielo. Debido a que este es un día festivo y solemne, la Iglesia nos pide que por ese día detengamos nuestras penitencias. Además, como la solemnidad cae un viernes de Cuaresma, ¡podemos comer carne! Un poco de diversión para los católicos.

La segunda solemnidad el jueves 25 de marzo: La Anunciación del Señor. Celebramos el momento en que la Santísima Virgen María dijo su importantísimo "sí" al plan de Dios para ella y el mundo: "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (San Juan 1:14).

El miércoles 17 de marzo no solo se conmemora a San Patricio de Irlanda (preparen su verde), sino que también es el aniversario del cierre por la pandemia. Un virus, la más pequeña de las cosas y técnicamente ni siquiera "vivo", logró hacer algo que nunca soñé que sucedería fuera de la persecución total: el cierre total de las misas públicas. Hemos aprendido mucho sobre el virus desde entonces y, al momento de escribir esta columna, parece que estamos viendo las primeras señales verdaderas de que se acerca un poco de normalidad.

Mientras tanto, imploro humildemente a cada uno de nosotros que tengamos paciencia mientras descubrimos la manera correcta de como retomar las cosas nuevamente. En retrospectiva, tomemos la determinación de no dar nunca por sentada nuestra amada celebración pública de esta fe divina. Cuando llegue el momento, vayamos en masa a Misa para recibir a Jesús, el Pan de Vida. No hay igual. Vengamos con alegría a las procesiones parroquiales, los picnics y nuestras otras celebraciones. Y nunca veamos a un compañero feligrés como una carga o una interrupción, sino como un hermano o hermana amado en una fe gloriosa.

¡San José, ruega por nosotros!

Padre Wilson

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